CARLOS BARRÓN Autor

 

Efraín Flores entra en una curva de recuerdos. Se transporta a 1992 cuando en las instalaciones del Atlas, el presidente Francisco Ibarra de Quevedo le presentó a un técnico llamado Marcelo Bielsa. No sabía que gracias a él, se haría mejor formador.

Sobre todo porque debido a las referencias que dio de mi trabajo, pude tener la oportunidad de que me contrataran en varios equipos. Recuerdo en 2018, en una cena con Jesús Martínez en la que le comentó que cuando llegó a Atlas, mucho del trabajo estaba hecho por José Luis Real y por mí”.

En el horizonte de la Selección Nacional, Marcelo Bielsa se difumina en una quimera. Es el técnico que todos idealizan, pero quizá el último que aceptaría al Tri.

Efraín Flores entonces se deja abrazar por las memorias. Habla de un Marcelo Bielsa obsesivo, “antes lo era más, porque en 1992 quería ser alguien. Ya era campeón con Newell’s, pero buscaba ganarse un nombre. Trabajaba de 14 a 16 horas díarias. Si perdíamos, nos citaba en su casa para ver videos y retener conceptos, a veces inefables. Dormía dos o tres horas, por eso el apodo de El Loco, en fin, era un workaholic, pero al mismo tiempo, muy humano y sencillo”.

Atlas en 1992 ya tenía una línea troncal establecida con algunos debuts, pero la llegada de Bielsa proyectó otra metodología de trabajo.

El primer año no dirigió, en la semana estaba enfocado con 22 jóvenes que le pusimos para proyectarlos y no sólo en cancha, sino que los instruía en aula también. El que manejaba  al primer equipo era Mario Zanabria que llegó con él y que recibía sus consejos”.

El Atlas comenzaba a tener actuaciones meritorias con jóvenes talentosos, pero insuficiente para lograr el título. Más allá de eso, Efraín Flores tiene en mente a Bielsa en una taquería.

No era de restaurantes ni de glamur. Salíamos de entrenar e ibamos a una taquería, a comer tortas ahogadas, a cualquier lugarcito que nos recomendaran. Me acuerdo que leía mucho sobre la idiosincrascia del mexicano, porque no sólo le interesaba el lugar en el que dirigía, sino el entorno en el que vivía”.

Cierta vez, Bielsa le preguntó de un lugar que le llegó a rumores, el Salón Río Nilo, un centro de baile popular que presentaba a grupos como Bronco, Los Bukis y Límite.

Quería ir, pero le dije que yo no lo llevaba porque no era tan seguro. Después de un partido en sábado por la noche se despidió pronto. El lunes se acerca a decirme que había ido, que aquello lo había dejado fascinado. Siempre le gustó saber de qué está hecha la población y de ahí el futbolista”.

 

EL DILEMA DEL TRI

 

Tras el mundial de Qatar, el Tri tiene una herida por aliviar y Marcelo Bielsa en el banquillo puede paliar muchos traumas, sin embargo, Flores no lo ve cercano.

No lo veo contratándose con México, excepto que los dueños, que son los que mandan, no la Femexfut, le acepten las condiciones que busca. Seguro estoy que pondrá cláusulas deportivas y a la primera que no le cumplan, se va a ir. En la Selección hay una serie de contratos que atender con patrocinadores en la grabación de comerciales y Bielsa no comulga con eso,  él va a pedir que lo lleven a Sudamérica o Europa a competir, no a Estados Unidos”.

A lo deportivo en el Tri lo penaliza el asunto comercial. Efraín Flores que fue interino en 2010 sabe de estas amargas experiencias.

El primer día que llegué al Tri se acercaron jugadores y me dijeron: ‘tenemos problemas con los directivos’. Siempre quise acercar a los dirigentes, ¿sabes cuando pusieron de su parte?, nunca”.

Y todo ese abatimiento, 13 años después parece haber incrementado, “ahí adentro hay mucho orgullo y eso hace que se dividan los bandos. Inclusive con Guillermo Almada, que es el más avocado, sería lo mismo, porque como no ha trabajado selecciones va a acceder a muchas cosas que Marcelo Bielsa no. Si realmente el futbol mexicano quiere un cambio, que traigan a Marcelo Bielsa, si quieren pan con lo mismo, pongan al que sea, al Piojo Miguel Herrera o a Almada, da igual”.

Ante las carencias deportivas, la Femexfut ha derivado el asunto a un Comité de dueños para decidir al entrenador nacional. “Con todo respeto, los dueños qué autoridad deportiva tienen para analizar si un entrenador es bueno o malo”, reafirma su idea Efraín Flores quien piensa que un consejo de futbol sería lo ideal, “con Manuel Lapuente, Hugo Sánchez y Enrique Meza. Y también uno para selecciones menores”.

 

cva