¿Nuevo Cruz Azul?

Si bien lo sucedido durante este periodo de transición en Cruz Azul es casi tan extraño y confuso como lo que acontecía en la administración anterior, también es verdad que puede ser atrevido opinar acerca de los tiempos y definiciones de las decisiones corporativas sin conocer el contexto interno. Dicho esto, es un hecho que hasta en el nombramiento del nuevo presidente las comunicaciones institucionales fueron erráticas y abonaron las especulaciones. Sinceramente creí que era el momento de Carlos Hermosillo. Entiendo que tanto él como la afición merecen que Carlos tenga su oportunidad, pero ojalá la experiencia de Álvaro Dávila posibilite a los cementeros encontrar un rumbo claro. Muchos opinan que en La Noria lo urgente es un campeonato, pero es un enfoque equivocado. Los nuevos responsables del club deben dejar de ir al casino para hacer una nueva apuesta futbolística en cada pretemporada y desarrollar un plan estratégico deportivo que marque el rumbo. Los resultados que puedan obtenerse sin un ruta crítica serán circunstanciales y no necesariamente perdurables en el tiempo. ¿Qué esperan del primer equipo? ¿Cómo imaginan que debe representar el conjunto en el campo el sentir de los aficionados? Antes de decantarse por Juan Reynoso (a quien deben darle tiempo para trabajar), el entrenador anterior era Siboldi y, luego de su renuncia, entre las opciones para reemplazarlo estaban Matías Almeyda, Poncho Sosa y Hugo Sánchez; ¿Cuál es la racionalidad deportiva detrás de un crisol tan diverso de perfiles y heterogéneo de filosofías futbolísticas? ¿Qué esperan de las fuerzas básicas? El discurso sobre identidad y orgullo de pertenencia es muy manido, pero falto de contenidos. ¿Cómo potenciarlas? Es imperativa una auditoría deportiva con profesionales de la formación para determinar el estatus actual; capacidad de los técnicos, metodología, estructura, etcétera. Una vez definidas las fortalezas y áreas de oportunidad hay que profesionalizarlas. Sería importante reactivar “Cruz Azul Hidalgo” u otra franquicia de Liga de Expansión, una categoría de carácter deportivo obligatorio para los clubes que pretenden un proyecto formativo serio. Por último; un pedido por Luis Romo. Su irrupción fue de lo poco positivo del año pasado. Jugó de central y en todas las posiciones del medio campo, algo que puede ser una virtud pero también una amenaza. Me preocupa que tanto “manoseo posicional” termine perjudicando su proyección y atente contra su inmenso potencial.

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