Pablo Carrillo

Pablo Carrillo
La neurona

Paradoja

17 de Noviembre de 2020

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Me parece que la carrera del pasado domingo en el marco del Gran Premio de Turquía ha sido la mejor de la trayectoria de Checo Pérez. Sé que su historia ha sido muy larga en la máxima categoría del automovilismo mundial. Sin embargo, estamos llegando al final de la temporada y lamentablemente algo me dice que no hay asientos disponibles para el volante tapatío. Ojalá me equivoque.

Checo manejó de maravilla el Racing Point, no sólo por el ritmo que logró a lo largo de la carrera, sino también porque la estrategia y conservación de las llantas fue perfecta, algo que requiere de mucho cerebro y manos, pues, en su caso, evitó exigir al máximo el auto, tomó las cosas con calma, pero, sobre todo, hizo gala de la muy amplia experiencia y logró llegar a la meta en la segunda posición.

La puntuación del campeonato de pilotos después de la carrera del domingo es la clara muestra del gran año que está teniendo Pérez. Verlo ubicado en la cuarta posición, solamente detrás de los dos pilotos de Mercedes, Lewis Hamilton y Valtteri Bottas, así como de Max Verstappen, de Red Bull, nos ejemplifica la campaña cumbre que está teniendo, a pesar de no haber participado en dos eventos en Silverstone, por la cuarentena, cuando se infectó de covid-19. Realmente fantástico.

Por cuestiones del destino, es ampliamente probable que el próximo año no lo veamos más en Fórmula 1, lo que a todas luces parece una injusticia, más aún por la gran virtud que, ahora con madurez y muchas vueltas recorridas, le permite evitar los contactos y los daños a los autos, que, aunque parezca algo menor, resulta de gran importancia para evitar gastos en reparaciones, lo que merma mucho los presupuestos de los equipos de carreras, más en la F1.

Checo se despidió, al término de la carrera de Turquía a través de la radio, de su preparador físico personal cuando conducía el auto hacia el podio, el español Xavi Martos, toda una eminencia en temas físicos y mentales. Un estudioso de las rutinas que requiere un piloto que haga ejercicios específicos para mantenerse en óptimas condiciones. Checo y Xavi han formado una mancuerna muy estrecha. Seguramente el español encontrará trabajo con algún piloto de la F1, pues goza de gran prestigio. Sin embargo, el que le haya dado las gracias es señal evidente de que el futuro los obliga a separarse.

Me parece la paradoja más grande y absurda que, en el mejor momento del tapatío, cuando está obteniendo el mejor resultado posible de su auto, cuando la madurez es plena, cuando está maximizando el rendimiento, se quede sin asiento. Una paradoja inaudita.

Lo lamento, insisto, ojalá me equivoque.

 

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