Digno adiós

Analicemos el asunto desde la perspectiva más realista. El futuro de Checo Pérez en la Fórmula 1 parece no tener ningún asiento disponible, por lo que el final se presenta el próximo fin de semana en el marco del Gran Premio de Abu Dabi. Francamente, el colofón a la carrera del piloto tapatío no ha podido ser mejor: llegó el ansiado triunfo apenas en el penúltimo Gran Premio que correrá Checo, a manos que suceda un milagro, y para los creyentes, ocurren, si no pregúntenle a los Pumas que, haciendo acopio de fe, consiguieron su boleto a la gran final del balompié nacional de manera increíble.

Muchos recuerdos acuden a mi mente, el primero de ellos de hace algo así como dieciocho años, cuando en el marco de las carreras que se organizaron en la Ciudad de México, de Champ Car, Carlos Slim Jr. convocó a un grupo de amigos y clientes a la presentación de la marca de puros de Emerson Fittipaldi, con la presencia del propio brasileño campeón del mundo de F1, quien, sin estar pasando un buen momento económico, vislumbraba la posibilidad de florecer en el negocio de los puros, que se distribuirían en las tiendas de los búhos de la familia Slim.

En esa ocasión, el hombre encargado de las relaciones públicas de Adrián Fernández era Toño Garibay, como se conocía en el mundo del automovilismo a Antonio Pérez Garibay, el padre de Checo y Toño, quien, recuerdo muy bien, llevó a sus hijos, que eran aún apenas unos niños entrando a la adolescencia, muy bien ataviados con un saco azul marino, a los que el propio Toño presentaba como las siguientes grandes figuras del automovilismo nacional.

Se deshacía en elogios para sus críos, en especial para el menor, Sergio, quien desde ese entonces contaría con el apoyo de Carlos Slim Jr., cuyo sueño era llevar a un mexicano a la Fórmula 1, lo que parecía un anhelo muy ambicioso, ahora un sueño hecho realidad. Con el triunfo del pasado domingo, nuevamente recuerdo aquella noche en el Jockey Club, del Hipódromo de las Américas, en la presentación de los habanos Fittipaldi, parecía, pues, una premonición.

Por más que nos gane la ilusión de ver al menor de los Pérez pilotando para el equipo Red Bull la siguiente temporada, el asunto es prácticamente imposible. Si de capacidad se tratara, no habría duda que el mexicano ahí estaría en 2021, sin embargo, el tema pasa por el asunto de los patrocinios, y ya les explicaba en una colaboración anterior que Alex Albon cuenta con el apoyo de los accionistas mayoritarios de la empresa de bebidas energéticas, de origen tailandés, igual que Albon, aunque nacido y formado en la Gran Bretaña.

Nunca hay que perder la esperanza, sin embargo…

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