Pablo Carrillo

Pablo Carrillo
La neurona

Contrastes

17 de Enero de 2021

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Apenas el pasado viernes hubo presencia de aficionados en el Estadio Victoria, en Aguascalientes, en el marco del triunfo del equipo local, los Rayos ante el San Luis. Esa misma noche las autoridades de salud a nivel federal anunciaban que el semáforo epidemiológico en los dos estados del país que habían permitido aficionados en encuentros de futbol, Sinaloa y Aguascalientes, cambiaban de amarillo a naranja. Es decir, que hayan permitido presencia de público en el partido de los Rayos es un absoluto contrasentido.

Definitivamente, el mal manejo de la pandemia en nuestro país queda demostrado con pequeños hechos lamentables, como permitir la presencia de fanáticos de futbol en una entidad con contagios y hospitalizaciones, al alza, lo que provocó el cambio de color a naranja. Me parece algo inadmisible, pues los epidemiólogos independientes, a través de sus redes sociales, ya anticipaban el cambio de color del semáforo en el estado de Aguascalientes desde el jueves.

Gracias a la admiración y amistad que a lo largo de los años he tenido con Santiago González, el único tenista que ha colocado la bandera de nuestro país en los grandes torneos de tenis gracias a su tenacidad y capacidad para brillar como doblista en la ATP, lo que nuevamente le ha permitido ingresar al main draw en los dobles en el inminente Abierto de Australia, he podido conversar con él los últimos tres días a través de videollamadas. Santiago partió el pasado miércoles de Veracruz hacia Guadalajara, de ahí a Los Ángeles, California, para en ese mismo aeropuerto abordar un vuelo chárter que la propia organización dispuso para llevar a Australia a los tenistas y sus entrenadores para llegar con casi un mes de antelación y así poder participar una vez que se superen los protocolos, muy severos, por cierto, que impone la autoridad sanitaria de ese país, por algo son de los que han contenido la pandemia y prácticamente no existen casos en esa inmensa nación de casi veintiséis millones de habitantes.

Lamentablemente, en ese vuelo tres pasajeros dieron positivo a covid-19, por lo que todos los jugadores y entrenadores que ahí viajaban han sido obligados a permanecer dos semanas sin poder salir de su habitación de hotel y sin poder entrenar como estaba establecido. Me comentaba Santi que cada dos días le practicarán un examen y la comida se las dejan en la puerta de la habitación. Todo ello con vigilancia de la policía en el hotel, el cual parece un gran reclusorio.

Por cierto, ayer en dicho país hubo dieciocho contagios. Es decir, la pandemia está controlada y una vez que pasen los catorce días de cuarentena los tenistas podrán vivir sin miedo a infectarse, tal como lo hacen todos en ese país, sin cubrebocas y felices.

 

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