Pablo Carrillo

Pablo Carrillo
La neurona

Bravo, Nacho

15 de Diciembre de 2020

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Nacho Ambriz finalmente puede enorgullecerse de ser campeón de la Liga BBVA como entrenador. Si bien durante su carrera como jugador se hizo acreedor a varios títulos, ahora como estratega ha cumplido con una asignatura pendiente: tener la famosa estrella para completar un historial muy productivo, siempre de la mano del bajo perfil y la efectividad.

Tuve el gusto de conocerlo más de cerca cuando era el auxiliar de Javier Aguirre en el equipo de Pamplona, el Osasuna, hace cosa de dieciocho años. Incluso tuvo el Vasco la deferencia de invitarme a alguno de los entrenamientos y ahí pude constatar que Nacho hacía gran parte del trabajo, dejando a Javier el timón. Sin embargo, resultaba obvio que el buen Nacho se encargaba del trabajo. Lo mismo ocurrió en su periplo en el Atlético de Madrid, lo que definitivamente permitió que el ahora técnico campeón con el León tuviera un elevado nivel de aprendizaje y de roce internacional. Después de Aguirre, es sin duda el entrenador nacional con mayor bagaje europeo, y a las pruebas me remito, sus equipos funcionan y el paso del tiempo y la experiencia adquirida lo hacen cada vez mejor.

La vida de Ambriz ha sido marcada por una carrera muy exitosa como jugador: fue campeón de la liga mexicana, jugador en la Selección Mexicana en el Mundial de 1994, en Estados Unidos, logró pertenecer al equipo subcampeón de la Copa América en 1993 y fue integrante del equipo campeón en 1993 de la Copa de Oro. Como entrenador su máximo logro es el título obtenido hace un par de días con el León, así como el título del torneo de campeones de la Concacaf en 2016, al frente del América.

Ahora Nacho vislumbra, una vez que concluya su contrato con el León en el mes de mayo del 2021, un posible periplo europeo, pues, honestamente, ya ha probado de esas mieles en España y parece no quitar el dedo del renglón. Lo ha declarado en una gran cantidad de ocasiones y ya hace gestiones con sus contactos para regresar, ahora como entrenador, a algún equipo de ese continente. Muy loable su propósito, pues se podría eternizar, como muchos en nuestro balompié, con su capacidad  y cobrar una gran cantidad de recursos. Sin embargo, su meta es trascender internacionalmente, algo muy destacado. Enhorabuena, Nacho Ambriz, pues no sólo es un ganador en el futbol, en su vida personal ha sido capaz de salir adelante de adicciones y ahora busca convencer, sobre todo a los jóvenes, del infierno que representa no poder prescindir del consumo de sustancias tóxicas, pues lo sufrió en carne propia, título aún más grande que cualquiera de los que ha obtenido en el balompié.

Bravo, Nacho, eres un ganador…

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