Arturo Xicoténcatl

Arturo Xicoténcatl
El espejo de tinta

Percepción

03 de Septiembre de 2021

COMPARTIR
SÍGUENOS

El universo, la naturaleza, las sociedades, el hombre en lo individual y en lo colectivo, se manifiestan en un flujo y reflujo permanente, eterno, de creación y destrucción. (Qué cosa tan maravillosa; si las células están compuestas de átomos y éstos contienen núcleo y electrones entonces el cuerpo humano es un conjunto de millones y millones de sistemas solares en permanente movimiento helicoidal; estamos naturalmente hechos de la misma materia que el universo y sus motas de polvo de estrellas). En los últimos 20 o 30 años el acelerado proceso de la tecnología, principalmente en comunicaciones y transportes, ha modificado la percepción. ¡Igual el deporte!, en un proceso tan vertiginoso que no resulta fácil interpretarlo ni adaptarse a sus luminosos acontecimientos, sobre todo, acaso, para aquellos que han vivido el desarrollo internacional en el último medio siglo e incluso para quienes específicamente lo conocen en lo íntimo y saben valorar, cuantificar el esfuerzo y el tiempo de maduración agonal que requiere un atleta-competidor, para alcanzar un objetivo difícil o bien lo que todavía hace un par de años era impensable.

El deporte no es un concepto unívoco. Es poliédrico, cambiante. Lo empuja la técnica, la tecnología, el arte del acondicionamiento físico y ¡ay! la codicia, la avidez, el egoísmo de la raza humana, los desmedidos intereses económicos que giran y enroscan alrededor de los bolsillos de quienes lo dirigen, lo promueven, lo practican. Si el profesionalismo lo desvirtuó y marcó tendencias del triunfo a ultranza, la fama, e incrementó el empleo de sustancias prohibidas, el signo de hoy es deporte-espectáculo. Acaso más espectáculo que deporte…maquillado en su rostro, cuerpo, brazos y piernas, con el atractivo magnetizador de la modernidad: luces, colores, enlazadas al impacto que produce del vocablo récord con el esfuerzo muscular y la inteligencia y arrojo del atleta.

En el 2008 y 2009 bañadores de poliuretano proyectaron, incluso a desconocidos, a romper 159 marcas mundiales. Hoy una tableta de fibra de carbono en las zapatillas de los atletas comunica o transforma la energía potencial en cinética, funciona como una catapulta o como el fulcro del que hacen uso los clavadistas en la prueba de trampolín.

Eliud Kipchoge tardó casi 25 años en conquistar dos oros en maratón. Las hojas del calendario señalaban el proceso evolutivo de tantos héroes y sus nombres se grababan en la memoria, Zatopek, Lasse Viren, Sálnikov, Phelps. Hace unos días, una atleta etíope irrumpió de súbito en las estadísticas como el trueno de un rayo en seco. Bate el récord mundial de medio maratón en menos de 64 minutos. ¡Quién es, cuántos conocen su nombre? ¡Brotó casi de la nada! Ah, las zapatillas con trampolín de fibra de carbono, que bota y rebota. (Sí, tenía la tercera marca). Si usted recuerda el nombre anótelo en este espacio.

COMPARTIR EN REDES SOCIALES

SÍGUENOS

COMENTARIOS