Arturo Xicoténcatl

Arturo Xicoténcatl
El espejo de tinta

La fragilidad del puntero

26 de Julio de 2019

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En el tronco central de la pugna agonal, los matices de la táctica y la estrategia varían del cero al infinito. Hay atletas que se estimulan poderosamente cuando se colocan de líderes. Paladean ir al frente del grupo, se creen, se sienten y son superiores en la punta, en la posición de vanguardia. A fin de vencerlos, es necesario romper su zona de confort, entrar al territorio como un león que desea ser el nuevo rey de la manada, entablar una lucha áspera, de principio a fin. En la competencia deportiva, para vencer a un puntero, hay que arrebatarle la punta, cambiarle la imagen y sacarlo de su zona volcánica de confort mental.

En las tribunas de la Alberca Olímpica Francisco Márquez, durante los Juegos Olímpicos de 1968, en vísperas de los llameantes 200 m nado libre que enfrentarían el estadunidense Don Schollander y el australiano Michael Wenden, uno de los entrenadores que dirigieron la carrera infantil de DS expresó: “Si en los 150 metros, en el toque del tercer estanque, Schollander pasa una pulgada delante de Wenden, aquél será el vencedor; y si Wenden toca primero, éste será el triunfador”.

Schollander fue el primer nadador en ganar cuatro oros olímpicos, lo hizo en Tokio 1964, y el segundo, después de Johnny Weissmüller, en alear la rapidez con la resistencia, en dominar los 100 y los 400 m nado libre. El dominio de Schollander en los 200 libres era tan imperial como el de Michael Phelps en los 200 m de mariposa. El australiano Wenden, de estilo huracanado, espectacular como el de un ánade a la hora de emprender el vuelo, tocó primero la pared del tercer estanque y en el sprint final arrolló al entonces imbatible Schollander.

El domingo anterior, en uno de los grandes acontecimientos del Campeonato Mundial de Natación que se celebra en Gwangju, Corea del Sur, la australiana Ariarne Titmus derrotó a la ultrafavorita Katie Ledecky, de Estados Unidos, principalísima estrella en Río de Janeiro y el Mundial de Budapest, en los 400 m nado libre. Fue el debut y despedida de Ledecky, 22 años, tras que la delegación norteña informó que la plusmarquista era retirada de la competencia porque no se había sentido bien en los últimos días. Los cronos parciales revelan que Titmus rompió la zona de confort de Ledecky; 100 m 57.12 – 57.66; 200 m 1:57.72 – 1:57.84; 300 m 2:58.45 – 2:57.90 y 400 m 3:58.76 – 3:59.97. Al verse superada en los primeros cuatro estanques, Ledecky aceleró brutalmente en el quinto 50, de 200-250 con el fin de tomar la punta y señaló ¡29.87! contra 30.31 de Titmus. Sólo que en ese ingente esfuerzo gastó sus reservas de energía física y síquica, y en el último estanque pago el precio, se desfondó, 31.34 contra 29.51 de Titmus.

Los punteros son frágiles cuando se ven relegados desde el principio a un segundo plano.

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