De conejos y conejas…

Hay tantos intereses crematísticos y políticos en el deporte que emplear el criterio deportivo en expresiones deportivas nos puede conducir a imprecisiones.

Parece más cerrada y compleja la elección de la mejor atleta del 2020 que convoca la World Athletic, la antigua IAAF. Son aspirantes al título la etíope Ababel Yeshaneh, quien el 21 de febrero batió la plusmarca mundial de medio maratón en 1:04.31 en Ras Al Khaimah, Emiratos Árabes; la keniana Peres Jepchirchir, quien rompió dos veces el RM de medio maratón en 1:05.34 y 1:05.16 en el reciente CM de Gdynia, Polonia. La holandesa de origen etíope Sifan Hassan batió el RM de la hora en 18,930 metros y señaló en pista récord europeo en 29.36.67, la cuarta mejor marca de la historia en 10,000m. Figura, además, la venezolana Yulimar Rojas con RM en salto triple en 15.43m y la jamaicana Elaine Thompson, invicta en siete competencias en 100 m planos con registro líder de 10.85.

El RM de Jepchirchir es en prueba de mujeres y el de Yeshaneh en competencia mixta, hombres y mujeres. Récords que se realizan dentro de una nueva época en la que impera la tecnología y se proyecta una nueva expresión atlética con las zapatillas de fibra de carbono y peso de 190 gramos. La keniana Brigid Kosgei, el 13 de octubre de 2019, con las zapatillas vaporfly de Nike rompió el RM que poseía la inglesa Paula Radcliffe (2.15.25) en 2:14.04, en condiciones tecnológicas diferentes.

Hace tres años, Sebastian Coe, el Trump del atletismo, esparció la estólida idea de desaparecer todos los RMs anteriores al 2005 porque algunos de ellos estaban bajo la sospecha de haberse logrado con sustancias prohibidas. La reacción y rechazo fue inmediata. Paula Radliffe  calificó la medida de estúpida y “una forma cobarde de mano dura”.

Al no prosperar la iniciativa Coe estableció otra: que hubiese RMs en competencias sólo de mujeres y otro de carácter mixto. Se rompió una costumbre. Esto da margen que, al aprobarse la decisión, haya ajustes técnicos, como es el empleo de conejas y en otros de conejos. Y en esto hay su diferencia. Los conejos son más eficaces que las conejas en el auxilio de metas difíciles. El conejo es el pacemaker, marcador de paso o rabbit, como los que empleó Roger Bannister (Chattaway y Brasher) para romper los cuatro minutos en la milla en aquel 6 de mayo de 1954.  Tratándose de “female” tal vez ya no sean rabbits, sino bucks o kits…

Lo explicó el ingeniero Luis Pineda, principal estadístico de atletismo en México. “Hay diferencia entre el marcador de paso hombre y mujer. Aquél puede llevar y establecer el ritmo más holgado, porque su nivel de cronometraje es en distancias largas de más calidad al de las mujeres. Difícilmente, una mujer podría conducir a otra a la ruptura del récord mundial en maratón”.

La ley de derechos de autor prohíbe estrictamente copiar completa o parcialmente los materiales de Excélsior sin haber obtenido previamente permiso por escrito y sin incluir el link al texto original.