Creadores, eclécticos

Esplendor. La sintonía con el mundo acuático era directa con Australia. En el 56, las brazadas cabrilleaban en el estanque olímpico en azul y oro y los nombres eufónicos Murray Rose, Dawn Fraser, Jon e Ilsa Konrads, David Theile, Jon Henrick, John Devitt, Sam Hereford…, levantaban un oleaje motivacional, inspirador en las albercas de América, Asia, Europa, Oceanía. Australia era el ápex de la natación.

La juventud aussie volaba en la superficie del agua. Algunos de sus exponentes apenas tenían quince de edad. Los distinguía la fuerza, el valor, la inteligencia. Y sus entrenadores, naturalmente, en los balbuceos de la ciencia, adelantaron en conocimiento en sicología, técnica. Unieron el principio de Arquímedes, con las leyes de Newton, aleada con una disciplina espartana; no sólo era el kilometraje, descubrieron el tapering-off, la puesta en forma del nadador con un descanso gradual, antes de llevarlos al punto de ignición, con el fin de recuperar y explotar las reservas de energía; tensaban al nadador al límite de su capacidad física y sicológica, como una cuerda de violín, con el fin de que diera la nota adecuada, con sonoridad agradable, brillante, como salida de un Stradivarius; estudiaron a profundidad el concepto de estrés y fatiga del científico vienés Hans Selye; cuatro años atrás, uno de sus nadadores, cuarto lugar en Londres, John Davies, en Helsinki, durmió lo más que pudo durante tres días, 60 horas, sólo se le permitió nadar 800 m de nado largo y lento, antes de conquistar la victoria y romper el récord olímpico en los 200 m braza.

Detectaban el síndrome de la fatiga. Sus conclusiones en alimentación eran los alimentos proteicos, frutas, verduras, excluyeron las harinas blancas y los carbohidratos; en ese tiempo era el evangelio de la buena nutrición: pan de centeno, nueces, almendras, cacahuates, miel, germen de trigo, pescado, carne; vitaminas A, D, C, E, principalmente. Estaban al tanto día a día de los avances científicos en salud, energía, fuerza, peso, frecuencia cardiaca. Eran eclécticos. Fueron de los primeros en emplear la onda T en el electrocardiógrafo y la relacionaron con las actuaciones deficientes; sabían que este conocimiento era insuficiente. Se interesaron no sólo por la fisiología, sino por la historia por el proceso evolutivo del crawl, de la brazada y la patada. Estaban atentos al trabajo de estadunidenses y japoneses. Forbes Carlile, don Talbot, John Gallagher y otros, emplearon la depilación con el fin de reducir la resistencia corporal al agua, con resultados asombrosos. Los entrenadores de otras latitudes transportaban con cuatro años de atraso las ideas revolucionarias; los codos en alto de Rose, Frazer o la estadounidende Chris von Saltza, luminaria en Roma que cedió ante Fraser en los 100 m nado libre.

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