Artificios

Arturo Xicoténcatl

“¡Hágase Newton y se hizo la luz!”, expresó Alexander Pope en esa corriente de permanente, eterna ofrenda, el fuego votivo, a sus grandes personajes. Amalgama de celtas, galeses, noruegos, vikingos, normandos, los ingleses son más ingleses que europeos. Newton, Shakespeare, dos antorchas del pensamiento humano siempre presentes, siempre enaltecidos por su raza. Aun aquellos que no triunfaron son elevados a la clase de grandes héroes, como el capitán Robert Falcon Scott, el segundo en llegar al Polo Sur, después del noruego Roald Amundsen. La energía espiritual agitada con orgullo, anudada la realidad con el mito, siempre viva la imagen de grandeza y la fuerza auténtica del carácter.

Londres e Inglaterra y el mundo del deporte conectados en el hilo de un acontecimiento en el que se mezcla el artificio, el espectáculo, la ansiedad de los medios de comunicación por acelerar lo que algunos estadísticos fijaban para el año 2027 o 2029: que el hombre corriera el maratón, los 42,195 m, en menos de dos horas.

Tras su cuarta victoria en el maratón de Londres, con mayor experiencia y madurez resistencial y agonal, el keniano Eliud Kipchoge, poseedor del récord mundial en 2.01.39 y con un crono sin validez oficial de 2 horas, 00 minutos y 25 segundos en el circuito de Monza, en 2017, hará de nuevo el intento en octubre o en noviembre con el apoyo del millonario inglés Jim Ratcliffe y la empresa petroquímica Ineos.

Uno de los primeros actos que han hecho los propagandistas anglosajones es llevar a Eliud Kipchoge a la tumba del doctor Roger Bannister, el primer hombre que corrió la milla en menos de cuatro minutos, el 6 de mayo de 1954. Se deja a la interpretación el paralelismo del esfuerzo de Bannister con el muro de las dos horas en maratón. A decir verdad, causaron mucho más impacto mundial los 10 segundos del alemán Armin Hary en los 100 m planos, el 21 de junio de 1960, en Zurich.

Eliud Kipchoge es una de las luminarias más grandes del atletismo. El testimonio de su prodigioso talento lo proyectó a los 18 años de edad, cuando derrotó en el Mundial de París de 2003, en la prueba de 5,000 m planos, al marroquí Hicham El Guerrouj y al etíope Kenenisa Bekele. Fue un meteoro en las 12 vueltas y media al estadio.

El maratón goza de popularidad y glamour, ¿pero realmente el récord mundial de Eliud Kipchoge es de un valor superior al de los 10,000 m planos, 26.17.53, de Bekele?

En el comparativo de la IAAF del año 2000, ambas marcas tienen igual calidad. En el 2019 los números referenciales, con cierto barniz subjetivo, favorecen a Eliud Kipchoge, con 1,316 puntos, sobre Kenenisa Bekele, con 1,296 puntos.

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