La lucha del bien y el mal matizadas en máscaras y cabelleras.
El rencor y odio en su máxima expresión.
La gloria bañada en sangre.
Lances, llaves, castigos, parte del arte del pancracio.
El 21 de septiembre de 1933 se implantó la lucha libre en México por parte de Don Salvador Lutteroth. En la actualidad es uno de los deportes más atractivos para el público e, incluso, es Patrimonio Cultural de la Ciudad de México.
A lo largo de su historia, se han vivido grandes batallas, grandes emociones, grandes hazañas.
A continuación, recordamos los mejores aniversarios.
Textos: Arturo López Durán y César Montiel Bernal
Ilustraciones: Christian Chacón
Imágenes: Cortesía CMLL y tomadas de Twitter
Programación: Enrique Montiel
Decenas de personas no alcanzaron un boleto para entrar a la Arena México. Atlantis llegó con hambre de gloria ante un experimentado Mano Negra.
El Santo vs. Bobby Bonales
“El peluquero no aparecía”.
Por primera vez se daba un aniversario en la Arena Coliseo, que registraba su tercer lleno en su historia.
Después de una dura batalla, El Enmascarado de Plata se impuso, pero el público no estuvo conforme con el resultado y empezó a corear que Bobby Bonales no fuera rapado.
En uno de los hechos curiosos, el peluquero no aparecía y pasaron los minutos hasta que un espontáneo se subió al cuadrilátero, pero el moreliano le tomó las tijeras y se cortó parte de su cabello.
Baño de sangre entre rudos legendarios
Gori Guerrero y Cavernario Galindo se enfrascaron en una de las luchas más sangrientas de la que se tenga memoria con la que se conmemoró el 21 aniversario de la llegada del deporte de los costalazos a nuestro país.
Tal fue la saña con la que ‘El Cavernas’ y el ‘Ave de las Tempestades’ se tundieron aquella noche, que, en la tercera caída, el líquido vital brotaba por todas partes y el comisionado ordenó al réferi detener el combate.
La suspensión de la batalla, provocó la furia de los asistentes que prendieron fogatas en las gradas y entonces la policía y los bomberos tuvieron que intervenir para reestablecer el orden.
Para calmar la molestia del respetable, Gori y el Cavernario Galindo regresaron al rombo de batalla, donde finalmente, el patriarca de la dinastía Guerrero resultó victorioso.
El Santo vs. El Gladiador, la lucha que duró más de una hora.
A las 14:00 horas de ese día se dio un preludio de cómo estaría la nueva Arena México; se acabó el boletaje, donde 25 mil personas abarrotaron el inmueble.
El Santo llegaba como campeón de peso medio. El Gladiador tenía en sus vitrinas haber participado en los I Juegos Panamericanos donde obtuvo el tercer lugar en lucha, además de ser campeón nacional de lucha olímpica durante tres años y campeón en levantamiento de pesas.
La primera caída duró 35 minutos, la segunda 11 y la tercera 16, pero en esta última El Santo la ganó dos veces. El Enmascarado de Plata venció con la de “A Caballo”, pero el originario de La Merced, Ciudad de México, reprochó al réferi, quien ordenó que siguiera el combate. En la lucha predominó la rudeza.
El Gladiador dijo llamarse Luis Ramírez Romero; nació un 14 de febrero de 1930.
Santo le corta el pelo al ‘Can’ por primera vez
El aniversario 42 de la llegada de la lucha libre a México se llevó a cabo en tres vibrantes funciones. En la primera de éstas, los Gemelos Diablo dejaron pelones a Coloso Colossetti y al exótico Rubí Ruvalcaba.
Para la segunda fecha, el Perro Aguayo destronó a El Santo como Campeón Mundial Medio. Pero una semana después, el Enmascarado de Plata tomaría venganza en grande sobre el Can de Nochistlán.
Fue el 3 de octubre cuando El Santo puso en juego su incógnita ante Pedro Aguayo Damián, quien nunca antes había perdido la melena.
Después de perder la primera caída, El Enmascarado de Plata sacó a relucir su lado más rudo, más marrullero y más violento, incluso el réferi de la lucha amagó con descalificar al plateado, sin embargo, La Leyenda de Plata impuso su experiencia y dejó sin melena al zacatecano.
Triangular suicida: Fishman-Sangre Chicana-El Cobarde.
Un camarada reveló su identidad.
La consigna fue que el primero que perdiera dos caídas se despojaría de su tesoro. El Cobarde, el único técnico sobre el entarimado, salvó su capucha dejando a los dos camaradas a su suerte. El “Demonio verde” agarró a Sangre Chicana con “La Moreliana”, obra de Bobby Bonales, para someterlo.
Sangre Chicana dijo llamarse Andrés Durán Reyes (Richarson).
Una semana después, el 30 de septiembre, Fishman tomaría venganza. En la tercera caída, las emociones subieron de intensidad. Llaves y contrallaves, lances, golpes recios, se destrozaron las máscaras y la sangre dio otro matiz a sus capuchas. El Demonio verde finalizó la obra con una cruceta a las piernas y tirantes a los brazos.
El Cobarde dijo llamarse Miguel Ángel Delgado, originario de Ciudad Juárez, Chihuahua. A los 30 años reveló su identidad.
La noche del guitarrazo
Después de cinco años de intensa rivalidad, el Rayo de Jalisco Jr y Cien Caras pusieron en juego sus incógnitas en una de las funciones de aniversario más recordadas y que más expectación levantaron entre el público aficionado al deporte espectáculo.
La Arena México estaba atiborrada desde un par de horas antes que diera inicio la función, versiones periodísticas aseguran que aquella noche el inmueble presentaba un sobrecupo tal, que provocó el colapso de una barda en la parte alta de la zona de gradas.
Cein Caras fue el primero en subir al cuadrilátero, donde un mariachi ya esperaba al Rayo de Jalisco para darle un recibimiento de ídolo con el Son de la Negra. Dicha situación, enfureció al mayor de los Dinamita que arrebató un guitarrón a uno de los músicos y se lo estrelló en la cabeza al hijo de Max Linares que estaba a punto de subir al encordado.
La primera caída fue para el de Lagos, mientras que el Rayo reaccionó en la segunda. En una angustiosa tercera caída, el técnico aprovechó una distracción del Capo para ponerlo espaldas planas y después de las tres palmadas de Gran Davis, nació la leyenda de Carmelo Reyes.
Triangular de cabelleras: Konan, Perro Aguayo y Cien Caras.
Se enfrentaban tres de las máximas estrellas del momento.
Konan llegaba al combate con un gran rencor sobre el Perro Aguayo, quien lo había desenmascarado con ayuda del Gran Davis. También perdió el campeonato de peso completo ante Cien Caras en Monterrey con ayuda del réferi mencionado.
“¡Sáquenlo! ¡Sáquenlo!!, fue el clamor de los aficionados, el día de la batalla, cuando vieron aparecer al Gran Davis. Las autoridades aceptaron la petición de cambiarlo y subió Roberto “El Güero” Rangel.
La lucha final se decidió entre Konan y Perro Aguayo, quien había sido ensangrentado por Cien Caras. Carmelo Reyes hizo de las suyas y propició que enardeciera el público, al jalar una pierna al zacatecano cuando se subió a lo alto de un esquinero, provocando que se resbalara y cayera lastimado a la lona, momento que aprovechó el cubano para rendirlo.
A dos de cuatro caídas
Una de las rivalidades más enconadas de los ochenta y principios de los noventa, protagonizó el 59 aniversario de la lucha libre en México, El Dandy y el Satánico sostuvieron por tercera ocasión un duelo cabellera contra cabellera.
Con una caída por contendiente y con ambos gladiadores ensangrentados, el Dandy quiso resolver el encuentro con una ‘Tapatía’, sin embargo, no pudo sostener el peso de Daniel López, ambos terminaron con las espaldas planas y recibieron las tres palmadas a pesar de que Satánico logró levantar los hombros.
En una decisión sumamente polémica, Roberto ‘El Güero’ Rangel, determinó que el combate se resolvería en una cuarta caída que ganó Roberto Gutiérrez Frías luego de aplicarle ‘la casita’ al Número Uno que aquella noche terminó pelón.
Cayó la máscara 42: Mano Negra vs. Atlantis
Atlantis llegaba a este duelo como un joven tapatío con un hambre de gloria, artista del cine nacional y excampeón. Por su parte, Mano Negra poseía el título de peso medio de la NWA y quien se impuso en anteriores ocasiones al Ídolo de los niños basado en su experiencia.
Cerca de tres mil personas se quedaron afuera de la Arena México, en el interior, topado por el público. Las emociones duraron de principio a fin.
Atlantis supo controlar la agresividad de su rival en el capítulo final con una quebradora en todo lo alto para desatar el júbilo de los presentes que corearon ”¡Atlantis! ¡Atlantis!”. Mano Negra dijo llamarse Jesús Reza Rosales, originario de Torreón, Coahuila.
El Hijo del Santo descendió desde las alturas al ring de la Arena México apoyado por un arnés para poner en juego su incógnita en contra de uno de sus más icónicos rivales; el Negro Casas.
Fue la segunda ocasión donde ambos gladiadores se enfrascaron en un reto de máscara contra cabellera y en la Catedral de la lucha libre, el público en su mayoría estaba a favor del 4:40 que intentaría acabar con el mito de la máscara plateada.
Fue un duelo donde la espectacularidad quedó de lado, tanto el continuador de la Leyenda de Plata como el Negro Casas hicieron gala de rudezas y se dieron con todo.
El plateado intentó finiquitar el encuentro con ‘la de a caballo’, pero el 4:40 consiguió zafarse de dicho castigo, por lo que fue con una palanca al brazo derecho del Negro que el Hijo del Santo le sacó la rendición.
“No me ganaste, yo perdí”, sentenció José Casas mientras él mismo se cortaba el cabello en el centro del encordado.
Cuadrangular de máscaras: Canek-Rayo de Jalisco Jr-Dr. Wagner Jr.-Universo 2000.
La modalidad fue una campal, todos contra todos, donde se fueron eliminando y los dos últimos perdedores se eliminaron a una caída.
Rayo salió “vivo” al vencer a uno de sus odiados rivales y el Galeno del mal haría lo propio ante el Príncipe Maya.
Canek y Universo se disputarían las máscaras. Después de unos instantes, Los Hermanos Dinamita aparecieron en escena para darle más emoción al combate. Los pudieron contener y los devolvieron a los vestidores, distracción que Universo aprovechó para aplicar un Martinete al tabasqueño y después someterlo con una llave, pero el réferi Rafa El Maya vio lo que sucedió y descalificó al de Lagos de Moreno.
“¡No fue Martinete, fue el Martillo Negro!”, se defendió Universo, pero no cambió el resultado y dijo llamarse Andrés Reyes González (QEPD). Al despojarse de la máscara, el menor de los Dinamita se fue contra el réferi, golpeándolo hasta sacarlo del ring.
Un dramático combate de principio a fin brindaron Blue Panther y Villano V ante el delirio de los asistentes a la Arena México. Desde los primeros instantes del combate, el de la Dinastía Imperial sufrió una herida en la parte posterior de la cabeza al golpearse con una butaca luego de recibir un tope del Maestro Lagunero fuera del ring.
‘Rafa El Maya’ descalificó en la inicial al Pantera Rosa porque despojó ilegalmente de la máscara a Blue Panther y en la intermedia castigó del mismo modo al Maestro Lagunero por exactamente la misma causa.
Villano V, con la herida abierta en la parte posterior del cráneo, se las arregló para poner espaldas planas a Blue Panther y luego de las tres palmadas salir con la mano en alto de una lucha en la que no era el favorito.
Algunos años más tarde, el réferi Rafa ‘El Maya’ confesaría que estuvo a punto de parar la lucha tras el golpe que sufrió Villano V y que incluso, después de la batalla, ya en los vestidores, el de la Dinastía Imperial le confesó que no se acordaba de nada de lo que había pasado en el combate.
Cuadrangular de máscaras: Atlantis-Último Guerrero-Volador Jr-La Sombra.
Un odio al máximo nivel habían presenciado con anterioridad Volador Jr. y La Máscara, inclusive el primero sacó en camilla a su rival, días anteriores.
Una lucha de relevos increíbles. Atlantis y Guerrero en una esquina, mientras que en la otra Volador y La Sombra. La pareja ganadora se enfrentaría en duelo por las tapas. Los antiguos
“Guerreros de la Atlantida” fueron sorprendidos y eliminados.
En el duelo estelar, los lances, castigos, pero sobre todo la lucha aérea fue el común denominador. El desenlace se dio cuando La Sombra derribó a Volador en un esquinero con unas tijeras invertidas, por lo que el “Depredador del Aire” no pudo reaccionar y escuchó las tres palmadas.
Volador Jr. dijo llamarse Ramón Ibarra Rivera.
Atlantis acrecentó aún más su leyenda dentro de la lucha libre con la máscara de uno de los elementos más reconocidos de la baraja luchística contemporánea.
Atrás quedaron los tiempos de los Guerreros de la Atlántida, donde el Luchador de Otro Nivel y el Ídolo de los Niños (en su faceta más ruda) formaron un binomio perfecto y comandaron una de las facciones más temidas del CMLL.
Tras el rompimiento de la cofradía, Atlantis y el último Guerrero se enfrascaron en una rivalidad que después de varios años, finalmente tuvo desenlace en un mano a mano máscara contra máscara.
Durante la lucha, el Último de su Estirpe sacó ventaja en la primera caída, pero muy rápido en la intermedia, el Ídolo de los Niños emparejó las cosas.
Luego de una larga y dramática tercera caída, Atlantis consiguió atrapar al Último Guerrero con la Atlántida para sacarle la rendición y quedarse con uno de los trofeos más valiosos en la historia reciente de la lucha libre.
Atlantis vs. La Sombra: experiencia contra juventud.
El combate lucía “disparejo”. Por un lado, “El ídolo de los niños” llegaba con 32 años como luchador profesional, con un número nutrido de máscaras y cabelleras, además de varios cinturones. En cambio, La Sombra lo respaldaban 11 años.
El de Gómez Palacio, Durango, era dueño de las acciones y que también era apoyado por Rush, quien también se le fue encima a Atlantis. Después de unos instantes se armó la campal, involucrado también Volador Jr. El comisionado sacó de escena a los seconds.
En la tercera caída, el réferi intervino para evitar un Martinete hacia Atlantis, quien se recompuso y con la Atlantida, apoyado de un doble impacto al echar sus rodillas a la lona, dio cuenta de La Sombra, quien dijo llamarse Manuel Alfonso Andrade Oropeza.