El Salón de la Fama del Beisbol Mexicano es un hit

El Salón de la Fama del Beisbol Mexicano ha sido un éxito entre sus visitantes a casi tres meses de su apertura

CIUDAD DE MÉXICO.

Francisco Padilla aprendió a llevar el box score a los diez años para hacer la reseña de los partidos a su abuelo, quien había perdido la vista. Escuchaba las transmisiones radiales de Pedro Mago Septién y Óscar Rápido Esquivel, luego leía las crónicas en los diarios. Su pasión por el Rey de los Deportes le llevó al Salón de la Fama del Beisbol Mexicano... como director general.

El flamante recinto, ubicado en el Parque Fundidora de Monterrey, alcanzó los 28 mil visitantes a casi tres meses de su apertura. Con visitantes de toda la República Mexicana, Estados Unidos, República Dominicana, Venezuela, Colombia, Inglaterra y China.

Tenemos toda la historia del beisbol mexicano, la de los inmortales y toda su memorabilia; adicionalmente tenemos áreas interactivas para que la gente sienta el beisbol, ya que uno de nuestros grandes objetivos es acercar a los niños y jóvenes jugando beisbol, porque es un un deporte enlaza generaciones, se transmite de los abuelos a los nietos y de los padres a los hijos”, explicó Padilla, en entrevista con Excélsior, en las flamantes instalaciones que han sido un hit entre los visitantes.

El proyecto del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano se consumó gracias a un oportuno dobleplay, que completaron los empresarios Alfredo Harp Helú y José Maiz García. La ceremonia de inauguración se realizó el pasado 20 de febrero y fue encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Esta obra es gracias al impulso y patrocinio de Alfredo Harp Helú, quien es un enamorado del beisbol, al igual que el ingeniero José Maiz García, quien puso a la empresa constructora. El arquitecto fue Daniel López Salgado. Se hizo un gran trabajo en el que intervinieron alrededor de 1,200 personas”, expresó el director del recinto.

Entre los personajes que han visitado el Salón de la Fama se encuentran los exligamayoristas Erubiel Durazo, Luis González y Bengie Molina. También Alfonso Márquez, el único ampayer mexicano en las Grandes Ligas.

Todos se han ido maravillados”

Francisco Padilla jugó beisbol y conoce su historia por lo que siente la misma emoción de un aficionado al recorrer el Salón de la Fama.

Me gusta el beisbol desde niño, me lo transmitieron mis padres. Diario escuchaba los juegos por radio y fui un lector de las revistas Hit y Súper Hit. Aprendí a llevar el box score a los diez años, le recreaba el juego a mi abuelo, quien ya no veía, y luego le leía las crónicas de los periódicos”, recordó.

En el lugar en el que se respira beisbol, hay espacio para la cultura.

Contamos con una gran biblioteca que ofrece cuentos para niños, lecturas para jóvenes y adultos, así como una sección de beisbol en la que se encuentra la biblioteca personal del periodista venezolano Juan Vené, la cual fue donada al Salón de la Fama. El señor lleva 60 años en el beisbol y nos donó libros, revistas, semanarios; en muchos de los libros vienen notas agregadas escritas por él, es un tesoro esa colección”.

Además de los juegos interactivos y un pequeño diamante para convivencia familiar, durante tres días a la semana se realizan clínicas impartidas por Edgar Quintero, exjugador de Sultanes de Monterrey.

Vamos a tener actividades en el auditorio para ofrecer platicas de beisbol, exhibición de películas, reuniones con ampayers, anotadores oficiales para que enseñen cómo se debe llevar un box score.

Estamos por iniciar un programa de visitas escolares gratuitas. Tenemos muchos planes para hacer que esto llegue a más personas”, aseguró Francisco Padilla, quien ahora comparte un espacio con muchos de sus ídolos.

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