Ehrenberg y Llanos se hacen espejo con sus dibujos

CIUDAD DE MÉXICO, 30 de diciembre.- En diciembre de 2008, mientras esperaban el vuelo a Montevideo en el aeropuerto de Sao Paulo, Brasil; Felipe Ehrenberg y Fernando Llanos, que se encontraron de manera fortuita, comenzaron a dibujar en un ejercicio de espejo.

Sentados uno junto al otro, trazaron lo que veían de sí mismos y de su compañero de viaje. El juego se convirtió en una costumbre cada vez que se reunían para afinar detalles de la curaduría de Manchuria, revisión retrospectiva de Ehrenberg a cargo de Llanos que luego de exhibirse en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México se presentó en el Museo de Arte Latinoamericano de los Ángeles y luego en la Pinacoteca de Sao Paulo, en 2010.

Fueron más de cuatro años de dibujar a cuatro manos, lo que concluyó en el libro Espejulacciones, una edición de la Universidad de Artes Plásticas de Yucatán que reúne algunos de los trazos, de los cuales a veces resulta difícil distinguir la frontera entre la estética de cada artista.

Son dibujos de los sitios donde se encontraban, de las cosas a su alrededor, de cómo se percibía uno al otro, de la fantasía de Ehrenberg, como sus calaveras y huesos, igual que la de Llanos, con  sus rinocerontes. Todos con una carga de humor y de estilo desenfadado.

“Dibujamos las cervezas que tomábamos en el momento, el lugar donde estábamos; son dibujos al alimón”, afirmó Llanos de los bocetos hechos en tinta negra e impresos en papel reciclado con la finalidad del goce estético.

El libro, con 150 copias, es también un ejercicio de paralelismo entre un artista de trayectoria de más de medio siglo con otro más joven, en donde se perciben no sólo coincidencias sino un diálogo constante.

“Desde que trabajé la curaduría de Manchuria empecé a encontrar paralelismo entre las piezas de Felipe y las mías, y también las de mis amigos artistas, por ejemplo Felipe trabajó con basura y ahora hay artistas que lo hacen como algo nuevo.

Los grafitis, los esténciles que él usó siguen como herramientas”, agregó Llanos, quien a los 18 años conoció a Ehrenberg en un taller llamado Cómo vivir del arte.

Incluso el también jurado y tutor del Fonca dijo que su trazo y el de Ehrenberg coinciden en su versatilidad y en el realismo a partir de la observación. “Felipe tiene un estilo más pulido por la experiencia y mi dibujo cambia tanto y tan seguido según mi estado de ánimo, pero ambos partimos de la observación del entorno”, dijo.

Para Ehrenberg, quien vive y trabaja en Brasil desde hace más de diez años, Espejulacciones fue una manera de pasar la estafeta artística a una generación joven de creadores, pues considera que el arte es una acumulación de conocimientos a la que debe darse continuidad.

“Yo tenía 15 o 18 años de haberme ya dejado ir, entonces la corriente ya me había llevado, cuando recibo sus favores como artista/curador (de Llanos) y él va a revitalizar lo que hago y yo le voy a poder pasar mis experiencias de vida. En este libro se conjugan los conceptos de especular, espejo, especulaciones”, afirma el artista visual que lo mismo ha participado en el movimiento Fluxus que en el arte correo.

A decir de Llanos, pasar la estafeta es una metáfora que refiere a conservar la memoria  documental y visual sobre el pasado del quehacer artístico, pues generaciones actuales de artistas prefieren “cortar los hilos del pasado”.

“A la gente ya no le gusta dar crédito de las cosas que se hicieron en el pasado y pierde esa memoria, en este libro es también un despoje del protagonismo y recupera ese pasado, es un libro muy honesto y trata cualquier tema. Incluso se puede leer de los dos lados donde cada uno escribió, como parte del juego de espejo”, añadió.

Al final, el libro, con un texto de cada artista, refleja que ambos encuentran en el dibujo una forma de pensar con las manos.