Futbol y dictadura en la Eurocopa de 1964

En un inicio, la final entre España y la desaparecida URSS causó la molestia de Francisco Franco. Sin embargo, para su satisfacción, La Roja triunfó en el Santiago Bernabéu

CIUDAD DE MÉXICO, 26 de mayo.- En la final de la Euro de 1964, el dictador Francisco Franco observó, en el Santiago Bernabéu, a la selección de España levantar su primer título de la historia, mientras que el presidente ruso Nikita Khrushchev miró, desde el Kremlin en Moscú, a la Unión Soviética caer a manos de los ibéricos por marcador de 2-1.

Cuatro años antes, el Generalísimo temió caer, en la primera edición de la Euro, frente a un equipo de futbol que representaba la “ideología comunista”, y obligó a la selección española de Alfredo Di Estéfano a no presentarse en los cuartos de final de ese torneo. Sin embargo, en la segunda edición del certamen europeo, el dictador aceptó que La Roja jugará la final contra los Diablos Rojos, futbol y política mezclados en el Bernabéu.

La entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), desaparecida en 1991, llegó a la etapa final de la Euro del 64, con sede en Barcelona y Madrid, después de superar una llave que tenía por objetivo evitar un enfrentamiento ante los españoles. El campeón en Francia 60 contaba en sus filas con Lev Yashin, considerado el mejor portero del siglo XX por la FIFA, y su paso invicto en la rondas anteriores apuntaban a otro campeonato para ellos.

En los octavos de final, la Italia de Trapattoni y Cesare Maldini fue presa de la URSS. Con un marcador global de 3-1, los Diablos Rojos avanzaron a los cuartos de final para enfrentar a Suecia.

Entonces, el triunfo de los soviéticos sobre los suecos (global de 4-2) hacía patente uno de los temores de Franco al confirmar su presencia en la fase final.

Por su parte, España representaba, en ese entonces, uno de los últimos fuertes del fascismo en Europa y, al mismo tiempo, cargaba con la presión de ser el anfitrión en la fase final. Para entonces, La Roja comenzó su andar por la Euro en Madrid y Franco no tardó en movilizar su aparato de gobierno para rodear al balón con propaganda del régimen.

Sin Kubala ni Di Estéfano, España enfrentó a Rumania, su primer rival, a la que venció 6-0 en casa. Después, La Roja resistió en su visita a Bucarest y avanzó con un 7-3 global. En los octavos, los españoles se emparejaron a Irlanda del Norte y, no obstante la fuerza de su contrincante, el equipo, en ese entonces dirigido por José Villalonga, avanzó con un gol de Francisco Gento, jugador del Real Madrid.

En los cuartos de final, España derrotó a la República de Irlanda por marcador global de 7-1 y volvió a la península ibérica para jugar las semifinales y posteriormente la final.

Así, Barcelona se convirtió en la casa de la URSS en las semifinales. Por su parte, la Dinamarca de Ole Madsen, goleador del torneo, tenía la misión de evitar que los soviéticos visitaran Madrid para jugar la final. Sin embargo, el equipo danés apenas resistió 19 minutos y tras el gol de Valeri Voronin, los soviéticos mostraron su dominio al terminar ganando por 3-1.

A su vez, España se enfrentó en la capital a Hungría. Los húngaros, que habían eliminaron a Francia, se convirtieron en el puente para que el representativo español tomara un lugar en la final. Tras un empate a un gol en tiempo regular, Amancio Amaro consiguió el pase de su equipo al anotar en la parte final de la prórroga.

Así las cosas, la posibilidad de escuchar al himno ruso en el Bernabéu mientras se izaba la bandera roja con la hoz y el martillo le parecía repugnante al dictador español, por lo que Franco no veía con buenos ojos la final entre la Unión Soviética y España.

José Solís, ministro durante el régimen de Franco, tuvo que intervenir para convencer al dictador de dejar celebrar el partido. Sólo así, ante los ojos de Francisco Franco, un cabezazo de Marcelino Martínez se convirtió en el gol de la victoria del anfitrión sobre la los soviéticos por marcador de 2-1 y, a la vez, en el primer título oficial de la selección española.

“A mí me hubiera gustado que mi gol hubiera sido en otra época y no durante una dictadura”, declaró Marcelino, anotador del gol definitivo en la final. “La gente lo valora más ahora porque hay libertad. Con nosotros no tuvieron consideración”, declaró el ex internacional de España en una entrevista de hace un par de años con el Periódico Mediterráneo de España.

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