Sydney 2000, gran cosecha; redonda actuación

México completó una de sus mejores participaciones en unos Olímpicos con Fernando Platas, con un segundo lugar, Víctor Estrada, con un bronce, y Cristian Bejarano (bronce)

CIUDAD DE MÉXICO, 25 de mayo.- Los Juegos Olímpicos de Sydney fueron el punto de partida de los podios mexicanos en taekwondo, con Víctor Estrada, el seguimiento de la tradición de los clavados con Fernando Platas y la última vez que el boxeo esbozó un poco de gloria a través de los puños de Cristian Bejarano.

En el debut del taekwondo en el programa olímpico Víctor Estrada, con éxitos en Copas del Mundo y otros eventos internacionales, llegaba como la gran arma de México.

El problema surgió desde el sorteo, debido a que el mexicano enfrentó al otra gran candidato:  Ángel Matos. Ganó el cubano y Estrada tuvo que buscar, por medio del repechaje, la medalla de bronce que finalmente consiguió.

“Obtuve la medalla en un día difícil, complicado, un día de altas y bajas”, recuerda Estrada, quien en pocas horas debió superar la derrota, reinventarse y salir a combatir por un lugar en el podio.

“Fue frustrante, un momento de buscar culpables, jueces, entrenador, la estrategia,  te peleas con todos. Pero por primera vez se abrió el repechaje, así que puede disputar con el sueco la medalla de bronce”, relata el competidor mexicano.

Una medalla que sería la punta de lanza para el deporte que, en los últimos tres Juegos Olímpicos, ha dado cinco medallas al país.

Entre las disciplinas de tradición los clavados volvieron a cumplir en Sydney, ahora con el experimentado Fernando Platas en la prueba individual de trampolín.

Platas ganó presea el mismo día que Cristian Bejarano superó a Almazbek Raimkilov, de Kirguistán, por 14-12 para asegurar el metal de bronce.

“Estando en los vestidores nos enteramos que Fernando acababa de colgarse la medalla de plata, fue una sensación muy bonita. Eso me motivó a dar el mayor esfuerzo para conseguir la medalla de bronce, fue especial que esa noche cayeran dos medallas”, recuerda Bejarano, oriundo de Chihuahua.

En semifinales, el mexicano cayó ante el ucraniano Andriy Katelnyk. “No hay más que reconocer que esa noche fue mejor el otro rival; hice mi mejor esfuerzo; pero creo que esa noche fue mejor él que yo”, admite Bejarano.

“Me hubiera gustado que fuera de otro color, pero no se pudo. Al final, la verdad sí quedamos muy conformes con todo el trabajo realizado”, afirma el mexicano, quien luego tuvo 15 peleas en el profesionalismo.

Estas tres medallas se sumaron al oro obtenido por Soraya Jiménez en pesas, además de la plata de Noé Hernández y el bronce de Joel Sánchez en caminata.

 

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