Logo de Excélsior                                                        
Comunidad

Ciudad Satélite, historia de un sueño moderno

Reúnen la mayor revisión iconográfica, arquitectónica y cultural que se haya hecho del suburbio al norte de la ciudad

Luis Carlos Sánchez | 05-02-2012

CIUDAD DE MÉXICO, 5 de febrero.-Dicen que ser de Ciudad Satélite implica una particular idiosincrasia. La cultura del mall, el culto al automóvil y cierto consumismo exacerbado forman parte de los rasgos que unen a los habitantes de esta zona al norte de la Ciudad de México, surgida hace medio siglo. Aunque no todo en el sateluco apunta al american way of life.

José José dijo alguna vez que ya se sentía de Satélite –a pesar de tener su terruño en la colonia Clavería–; la actriz Chachita era una más de sus residentes; la pintora Sofía Bassi declaró que “amaba” ese lugar y los integrantes del grupo de rock Café Tacvba gritan en cada oportunidad que son “orgullosamente satelucos”.

Interesados en rescatar su memoria y exigir un lugar en la multitud citadina, artistas e investigadores, la mayoría alguna vez integrantes de esa comunidad que nació como una burbuja al norte de la capital, han editado Satélite, el libro. Historias suburbanas en la Ciudad de México, trabajo que reúne una serie de ensayos, entrevistas, imágenes y testimonios que dibujan la identidad sateluca.

En agosto de 1957 (Excélsior 7/08/2011) una carretera unió a la ciudad, desde Paseo de la Reforma, con lo que aún eran campos de parcelas en la colindancia con el Estado de México. Cinco enormes estructuras, ideadas por los artistas Luis Barragán, Chucho Reyes y Mathias Goeritz y conocidas como las Torres de Satélite, daban la bienvenida a “la ciudad del futuro”, un proyecto urbanístico creado por Mario Pani que buscaba dar solución al problema de las urbes construidas sin planeación.

Accesible sólo a través de vehículo y promocionada como “La puerta de oro de la gran metrópoli mexicana”, Ciudad Satélite fue adquiriendo peculiaridad. “Me parece que la conciencia de ser sateluco surge desde los pioneros y quienes se fueron para allá, desde que se pudieron reinventar un poco y se dieron cuenta que se podía hacer diferente la convivencia, los espacios, el urbanismo, la manera en que los coches se manejan”, explica Fernando Llanos, editor del volumen junto con Uriel Waizel, Dante Busquets, Martha de Alba y Guenola Capron.

El proyecto original consistía en crear una verdadera ciudad satélite, que dependiera sólo de la ciudad para obtener fuentes de trabajo. “El problema fue que después por avaricia comenzó a crecer desmedidamente y se convirtió en una ciudad dormitorio”, lamenta Llanos.

Pero ya desde su creación se concibieron elementos de identidad y orgullo como una heráldica propia (que se reproduce en el libro) con la que se identificaba cada una de las “supermanzanas” de la ciudad.

Los satelucos, opina Llanos, “son gente optimista porque cree en el futuro, creíamos que se podían reinventar las maneras en las que se puede dar la convivencia, cosa que en el DF es difícil, porque hay un tejido social muy cerrado. Cuando hay un espacio nuevo, áreas verdes, cierto consumismo y mucho dinamismo por lo mismo del transporte, la forma de ser se plantea de otra manera, se reinventa y eso va dando una manera de ser sateluco”.

Que Satélite sea el lugar donde existe la comunidad más grande de boy scouts o que ahí se dé la aparición de equipos de futbol americano, dice, no es fortuito. Tampoco que sea una tierra de publicistas (en el libro se plantea que es producto del largo viaje entre anuncios publicitarios que todos los días deben realizar sus pobladores) o donde surgen bandas de rock y menos que exista una tendencia al consumismo entres sus pobladores, teniendo un centro comercial al centro.

“La idea del orgullo tiene que ver con que te estás reinventando y estas tratándote de agarrar de lo que eres. Ese orgullo no siempre es comprendido por la gran masa de lo que es la Ciudad de México y se satanizó hace algunos años (sateluco era una forma peyorativa de llamar a los habitantes de la zona), pero cuando uno encuentra ese tipo de perfiles dentro de la mancha urbana lo importante no es castigarlo, sino ver qué aporta a esa ecuación de 23 millones de habitantes”, dice convencido Llanos.

Satélite, el libro está dividido en cuatro secciones. Cada una lleva un color –igual al de las Torres– en el costado de las páginas y se refiere a un perfil diferente. Primero está el académico con ensayos de investigadoras como Capron y Louise Noelle; después se aborda el tema de la gente sateluca y sus peculiaridades, ahí aparecen textos de Juan Villoro, Martha de Alba y el mismo Llanos.

También hay una sección dedicada a la autogestión política y la última parte se centra en la cultura sateluca y sus creaciones.

Retoman modelo francés

Satélite fue creada a partir de un modelo urbanístico conocido como Henry, que los estadunidenses habían exportado de Francia. Mario Pani ideó un sistema de supermanzanas o grandes bloques (“por eso la gente se pierde”, dice Fernando Llanos) y al centro un gran centro comercial.

Los circuitos que la integran –Navegantes, Fundadores, Economistas, etcétera– no tienen esquinas y no existen semáforos con la intención de dar movilidad a las calles a través del automóvil. Cuenta Graciela de Garay en Satélite, el libro que la idea de construir la ciudad fue alentada por la iniciativa privada, concretamente por el ex presidente Miguel Alemán. Ciudades satélite ya existían en Inglaterra y Estados Unidos.

Originalmente el proyecto incluía un plan regional que contemplaba respeto a las zonas agrícolas y aprovechamiento del recurso acuífero, así como zonas de refugio para aves y pequeños lagos. La población estimada no superaría los 200 mil habitantes y tampoco se rebasarían las 800 hectáreas.

Las Torres de Satélite por su parte surgieron en la mente de Pani tras considerar el éxito que había tenido Jardines del Pedregal.

Tres sedes

El programa definitivo de la presentación Satélite, el libro puede ser consultado en la página www.satelin-torres.org:

Viernes 24, Museo El Eco
Ponencia magistral: Peter Krieger
Mesa 1. Sobre la historia: peculiar proyecto urbanista y su arquitectura.
Mesa 2. Sobre la identidad: ¿Todos somos satelucos?.
Concierto en el Monumento a la Madre.

Sábado 25. Casa Barragán.
Mesa 3. Sobre el deporte en la zona norte con Marion.
Mesa 4. La peculiar publicidad sateluca, con Miguel Murillo, Marco Colín y Rubén Cardos
Mesa 5. Fenómenos políticos del norte de la mancha urbana.
Mesa 6. Hacia el futuro.
Noche acústica e inauguración de exhibición Memoria Sateluca
Domingo 26. Centro Cívico de Ciudad Satélite
Trueque, compra, venta de parafernalia sateluca en Bazar Norte.
Mesa 7. Seatlelite.
Mesa 8. Literatura sateluca.
Exhibición de autos achaparrados y concierto de cierre.

Visita: Expresiones

Síguenos en Twitter: @Comunidad_Exc

 

Te recomendamos

Comparte en Redes Sociales