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Comunidad

Padece la colonia Roma el efecto de la Condesa

El comercio tradicional intenta sobrevivir ante la llegada de restaurantes, cafeterías y tiendas de conveniencia que comienzan a invadir calles y plazas

Kenya Ramírez | 04-02-2012

CIUDAD DE MÉXICO, 4 de febrero.- La Roma, una tradicional colonia que desde hace más de un siglo ha albergado a artistas, intelectuales y personajes históricos, que se inspiraron en las bellas casonas estilo art nouveau, ecléctico y art déco, sigue los pasos de la Condesa y su boom comercial.

Cadenas restauranteras, franquicias y establecimientos que hace unos años no tenían cabida, ahora ocupan los espacios que dejaron las antiguas residencias que vendieron o están en renta.

Una cafetería de franquicia, a un costado de la Plaza Luis Cabrera, ubicado en Orizaba, y a un lado, el restaurante Cabiria, como el de la Condesa, son algunos de los “nuevos inquilinos”, malqueridos por los vecinos.

Estos establecimientos mercantiles contrastan con los pequeños negocios de más de 30 años, que se conservan en la calle Chihuahua, a unos metros de esta plaza.

Está la miscelánea, en la esquina con Jalapa, en donde la clientela acude desde hace cuatro décadas.

También la tortillería La Moderna y los Abarrotes Chihuahua, de los más antiguos y que han logrado sobrevivir.

Paula vive en la Roma desde hace seis años y uno de los motivos que la llevó residir ahí fue la pluralidad y estilo “único” que le aportaba su gente y sus espacios.

“No me dio mucho gusto que abrieran la cafetería en mi plaza, sí me gusta y me tomo un café, pero ciertas cosas desvirtúan el carácter de la colonia Roma, que tenía restaurantes que no pertenecían a cadenas y ahora ya llegaron.

“Sí he visto un cambio importante, cada vez más veloz, creo que se está perdiendo la pluralidad que tenía, era un lugar con más riqueza social, más edificios con gente de diversas clases sociales, eso la está volviendo una colonia más homogénea, pierde cierto atractivo”, comentó la joven.

Residentes de Roma Norte y Sur manifestaron que la apertura de restaurantes y bares ha provocado problemas de estacionamiento, proliferación de valet parking, enseres que invaden espacios peatonales, autos sobre las banquetas y ruido excesivo.

“Los vecinos que tienen algunos años viviendo aquí están muy enojados por los permisos que ha dado la delegación Cuauhtémoc y por el ruido que hay.

“Tenemos servicios como tortillería, tintorería y tiendas, en la Roma no hay que tomar coches como en las colonias que tienen que ir hasta el supermercado. Las personas que vienen a los restaurantes no viven aquí”, comentó una de las residentes.

La Bella Italia, de 1922, y la casa del té Caravanseraï, ubicadas en Álvaro Obregón y Orizaba, son de los lugares más frecuentados por los oriundos de la Roma que llegan caminando, sin utilizar vehículo.

Martín López trabaja desde hace 20 años en Tapicerías y Cortinas Alma, en la calle Chihuahua, y ha visto la transformación de la colonia y la remodelación del Pasaje Parián, que provocó que les hayan elevado las rentas de los locales bajo el argumento de que “subiría la plusvalía de toda la calle”.

“Nos están comiendo las rentas, están entre cinco y ocho mil pesos. Antes, en el Pasaje Parián había puestos de comida, verduras, había una tlapalería, luego lo remodelaron y pusieron negocios de lujo.

“El casero de aquí, al ver la tienda más nueva o una boutique enfrente dice: ‘ah pues mi local ahora vale más’ y el próximo contrato ya le sube. Ellos ni venden ni nos dejan trabajar, cada tres meses se van, el que más dura es un año”, dijo López.

Desde hace 35 años, la señora Rosa está al frente de la tienda de abarrotes casi contigua a la tapicería y dijo que la apertura del bar Época, en la planta alta, es un ejemplo de cómo se violan los usos de suelo.

“No tiene permiso, supuestamente en la Roma ya no hay permisos de este tipo. Hace años fue un kínder y ahora es un antro de mala muerte porque en las noches se orinan en las cortinas de los negocios”, dijo Rosa.

Lugar con historia

Cuando surgió, su diseño semejaba a los bulevares parisinos, con calles amplias y bordeadas de árboles que conforman ahora algunas avenidas como Álvaro Obregón, Orizaba y Veracruz. Actualmente cuenta con 178 manzanas.

Su construcción fue a fines del siglo XIX en los terrenos llamados los Potreros de la Romita, que en ese entonces estaban en las orillas de la Ciudad de México.

La Compañía de Terrenos de la Calzada de Chapultepec, S.A. los fraccionó y el principal accionista fue el empresario inglés Walter Orrin, quien nombró las calles de la colonia con los nombres de las ciudades mexicanas que su Circo Orrin visitó y en donde recibió más aplausos.

Durante la primera década del siglo XX albergó a parte de la población más adinerada de la capital que habitó edificios, ahora con valor artístico y patrimonial.

Rentas congeladas, terremotos, ejes viales, cambios de uso de suelo y nuevos comercios fueron detonantes de la transformación de la Roma.

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