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A 30 años de Tohuí, el osito panda en Chapultepec

...que no era osito, sino osita. Tohuí fue la bebé consentida de México y ayudó a comprender a estos animales

Cintya Contreras | 17-07-2011

CIUDAD DE MÉXICO, 17 de julio.- Fue estrella de televisión, multitudes querían verla, una popular canción se compuso en su honor y, sin quererlo, se convirtió en un icono popular en la historia de México. Ella, sí ella, fue la panda Tohuí.

Feliz, traviesa, inquieta y sorprendentemente sana, nació hace 30 años en la Ciudad de México, convirtiéndose en la primera cría nacida en cautiverio, fuera de China, de donde son originarios estos animales, e incluso considerados como tesoro nacional.

Era martes 21 de julio de 1981 y, pese a todos los pronósticos en su contra, vivió.

Hija de Pe Pe y Ying Ying, dos pandas regalados a México por parte de la República Popular China en 1975, la pequeña cría enamoró de inmediato a los mexicanos.

Niños, jóvenes y adultos abarrotaban el zoológico de Chapultepec para conocerla y, en una conexión inexplicable con el humano, siempre se divirtió y disfrutó que tantos la admiraran.

“Tohuí era la más admirada en ese tiempo. No se asustaba de nada, a veces que se pegaba en el vidrio por donde pasaba la gente y jugaba sin ponerse nerviosa”, recordó la doctora Patricia Reyes, una de las veterinarias que trabajaba en el parque en esa época, y quien vivió de cerca el nacimiento de la panda.

En entrevista telefónica con Excélsior, desde el zoológico de San Antonio, en Estados Unidos, en donde trabaja actualmente, Reyes recordó que ante la muerte de la primera cría de la pareja de pandas, al que llamaron Xen-Li (que sobrevivió sólo ocho días debido a que su madre, accidentalmente, lo aplastó mientras dormían), había mucha expectación en torno a Tohuí.

Recordó que el equipo liderado por el médico encargado de los pandas, Juan Antonio Pérez, así como Jean Schoch, director del zoológico en 1981, y un trío de cuidadores de pandas, decidieron aislar la zona donde nació Tohuí de cualquier barullo o movimiento que le afectara.

Instalaron cámaras en las salas donde nació y creció sus primeros meses, siendo este medio la única forma de que el resto de la gente comprobaba que el panda seguía vivo.

“Nos preparamos mucho mejor para evitar que pasara lo mismo que con Xen-Li. Se instalaron cámaras para poder ver todo lo que ocurría desde lejos y nadie podía acercarse al área médica, únicamente Juan Antonio Pérez, Jean Schoch y los cuidadores”, dijo Reyes.

Por más de cinco meses estuvo monitoreada las 24 horas y en libros especiales, los cuidadores reportaban cada movimiento, cada estornudo, cuando se movía y cuando su mamá le daba de comer.

“Medios de comunicación extranjeros, insultando, decían que tal vez la cría que tenía Ying Ying era un gato o una rata (ya que el panda al nacer tiene la piel rosa), desconfiando del éxito de la reproducción”, comentó María Elena Hoyo, quien era la encargada del centro de crías en el zoológico y, un año y medio después, se convirtió en la directora.

Sin embargo, la televisión mexicana estuvo al pendiente de ella, sus imágenes fueron transmitidas continuamente, hasta convertirla en una estrella.

Fue tema de muchos programas y decenas de entrevistas en donde, al menos, salía de fondo.

La falta de información en México sobre la crianza de pandas, además del hermetismo que en ese entonces guardaba China sobre su salud y alimentación, hizo que los médicos capitalinos aprendieran sobre la marcha qué era lo mejor para los animales.

Así lograron que las crías nacidas en el país no sólo sobrevivieran, sino que tuvieran una tasa de vida superior a la de pandas que vivían en España, Estados Unidos y Japón.

“Tohuí fue la base para aprender qué hacen los pandas en ese tipo de situaciones, lo cual ayudó para las siguientes crías”, añadió Reyes.

Hoyo aseguró que la falta de experiencia sobre el cuidado de la especie, aunque fue un problema al principio y los orilló a que su trabajo tuviera el carácter de experimental, los motivó a aprender con mayor interés y en años posteriores se convirtieron en referencia para otros países.

Después de nacer, Tohuí tardó un mes en cambiar el color rosado de su piel, por el pelaje blanco y negro característico.

A los cuatro meses comenzó a salir a los pasillos traseros de su casa de noche, la cual tenía una pared de vidrio por donde la gente pudo verla desde el exterior. A principios de 1982 salió a su exhibidor.

Ying Ying, la mamá, no se separaba de su lado, “siempre se agarraba de ella cuando iban saliendo al jardín o iba al lado. Un día se metió en medio de unos barrotes que había atrás de los árboles de su albergue y quedó atorada, no lo podían sacar los cuidadores, Ying Ying estaba desesperada mientras que Tohuí, atorada, seguía jugando”, comentó entre risas la doctora Reyes.

“Era la consentida, porque era la primera, si daba un paso adelante, todo el mundo se alegraba, si se volteaba, todo el mundo se alegraba, y si se caía, todos estábamos más asustados que otra cosa de que no le fuera a pasar nada, igual que un bebé primerizo; así fue para todos nosotros”, añadió.

Dentro de su albergue tuvo muchos juguetes para ayudarla a distraerse, tales como una réplica de panda que se movía, un triángulo de madera del que se cayó infinidad de veces sin lastimarse.

“Tohuí nunca dio lata, era un animalito muy reservado, miedoso, nervioso, hermoso como pocos”, aseguró, por su parte, Hoyo.

Su presencia en Chapultepec catapultó la fama del lugar. A diferencia de otros años, recibió recursos económicos importantes que permitieron la construcción del primer hospital, que antes era un simple consultorio, así como el acondicionamiento de las instalaciones en general.

“El nacimiento de Tohui fue un acontecimiento nacional e internacional, es parte de la historia del zoológico de Chapultepec y de todos los mexicanos”, señaló José Bernal, actual director del parque animal.

Fue un producto muy popular

Cancún fue el primer nombre que pretendieron poner a Tohuí, en alusión a la cumbre Norte-Sur de 22 países que se llevó a cabo en Quintana Roo en 1981.

A la reunión convocada por el entonces presidente José López Portillo, asistieron mandatarios como Ronald Reagan, Magaret Tatcher, François Mitterand e Indira Gandhi, entre otros.

Sin embargo, al conocerse que el nombre en maya significaba “nido de serpientes”, prefirieron cambiarlo.

Entonces, se lanzó un concurso para encontrar el mejor nombre para el panda recién nacido.

En el marco de los festejos del Día del Niño, en 1982, el jurado del concurso conformado por Mario Moreno Cantinflas, el director del zoológico de Chapultepec, Jean Schoch, y funcionarios de Miguel Hidalgo eligieron el nombre ganador, de entre cien mil propuestas.

Parménides Orpinel García, un niño de Guachochi, Chihuahua, fue quien propuso que se llamara Tohuí, y como premio recibió un automóvil modelo Altantic del año (1982), de color rojo, y en cuyo cofre estaba pintado el rostro del panda, además de una supuesta beca de estudios, que, asegura en entrevista 30 años después, nunca recibió.

“Tenía cuatro años y medio. A mí me decían Tohuí en la casa y, cuando vi al panda en la televisión, de inmediato también le dije al animal Tohuí. A mis papás se les hizo ‘vaciado’ meterme al concurso, porque lo más que se podía perder era un sobre y la estampilla.

“A la semana nos llamaron para anunciarnos que había ganado. Nos pagaron, a mis papás y a mí, el viaje a la Ciudad de México. Conocí al panda y me tomaron fotos con ella. Regresé a verla nueve años después, poco antes de que muriera, aunque ya estaba enferma”, recordó Parménides, en entrevista telefónica desde Los Luna, Nuevo México, en donde ahora es el dueño de una empresa de construcción y remodelación.

El premio le fue entregado durante la transmisión del programa 24 horas, con Jacobo Zabludovsky, ya que Televisa y el periódico Novedades patrocinaron el evento producido por Carlos Amador, quien aprovechó el momento para sacar al mercado la película El osito panda, que estuvo por más de 30 semanas en cartelera a nivel nacional.

Cuando nació Tohuí creían que era macho, porque tenía la nariz puntiaguda, y hasta después se dieron cuenta de que era hembra; sin embargo, el nombre ya se había elegido y no quisieron cambiarlo.

“Le pusieron Tohuí, que significa ‘niño’, pero después ya nos dimos cuenta de que era hembra y entonces se debió llamar Tehuete, que es el femenino, pero se le quedó el nombre, pese a la tradición implícita de ponerle a los pandas nombres chinos”, comentó María Elena Hoyo.

Sin que el detalle del nombre fuera un problema, la presencia de la pequeña panda causó furor .

Miles de personas acudían a verla, aunque fuera por tan sólo un minuto, ya que no les permitían estar más tiempo frente al exhibidor.

“La fila para visitar a Tohuí llegaba hasta el monumento a los Niños Héroes. Cuando salió al jardín por primera vez era una bola blanca con negro hermosa, todos estaban impactados”, dijo Hoyo.

La doctora Patricia Reyes, quien formó parte del equipo médico de los pandas, recordó que el conteo de visitantes rebasaba el millón, cada fin de semana, lo cual aprovecharon muchos vivales de la época.

“Hubo quien empezó a vender, afuera del Metro Chapultepec, supuestos boletos para que la gente viera al panda en primera fila, pero eran falsos.

“Mucha gente hizo su agosto: había pósters, camisetas y era lo máximo para todos”, comentó.

A petición de la entonces primera dama del país, Carmen Romano, se creó la canción El pequeño panda de Chapultepec”, compuesta por Laura Gómez Llanos e interpretada por la cantante Yuri.

La producción discográfica fue patrocinada por el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) y contaba sólo con la canción del panda en el lado A, y el lado B contenía la canción Mi timidez, uno de los primeros hits de la cantante veracruzana.

Fue tal el éxito del sencillo, que en la producción LP de la cantante se volvió a incluir, alcanzando un millón de copias vendidas, según informó personal del actual staff de Yuri.

El videoclip se grabó dentro del propio zoológico de Chapultepec, improvisando con la gente que acudía a ver al animal.

A su vez, Ginny Hoffman, entonces famosa actriz infantil del programa Chiquilladas, también le cantó al panda.

“Tohuí panda le pusieron al pandita del amor. Tohuí panda por la radio y por la televisión, Tohuí panda en mi chamarra y aquí en mi pantalón”, rezaba la canción, y daba muestra de la mercadotecnia que se desarrolló alrededor del animal.

Afuera del zoológico la venta de estampas , fotografías, máscaras, globos, muñecos inflables y de peluche, eran una sensación, mientras que en la ciudad muchas marcas y establecimientos aprovecharon la atracción que significaba el panda para incorporarlo a sus promociones.

Con motivo de sus primeros cinco años, en 1987, el Banco de México acuñó una onza conmemorativa, en la que Tohuí aparecía en brazos de su madre, Ying Ying.

A los 12 años tuvo un mal intestinal

Tohuí murió a los 12 años, víctima de una crisis de leptospira.

“El animal empezó a dejar de comer, no quería salir. Se le hicieron unos exámenes y detectaron que su intestino estaba ulcerado”, recordó José Mario Maldonado Rodríguez, cuidador de pandas en el zoológico de Chapultepec desde hace 22 años.

Los restos se enterraron en el área de pandas en un jardín que se encuentra entre los exhibidores.

No fue disecada, a diferencia de sus padres, porque su piel ya estaba muy maltratada por su enfermedad, por lo que optaron por sepultarla completa.

Encima de esa área actualmente hay un jardín en forma de omega y al interior tiene decenas de rosales, con lo que recuerdan a Tohuí, la panda más consentida de Chapultepec.

Aunque Tohuí fue la primera cría en sobrevivir en México, la descendencia continuó por muchos años.

Sus papás, Pe Pe y Ying Ying, quienes llegaron a México el 10 de septiembre de 1975, como resultado de la petición que hiciera a China el entonces presidente Luis Echeverría, tuvieron en 1980 a Xen-Li, quien sólo vivió ocho días.

Al año siguiente nació Tohuí; en 1983 el macho Liang Liang, y en 1985 y 1987 respectivamente, tuvieron partos gemelares, de hembra y macho cada uno, en donde sólo sobrevivieron las hembras Xiu-Hua y Shuan Shuan, ambas en exhibición actualmente.

Todas la reproducciones que se lograron en Chapultepec fueron por medios naturales, ninguna inseminación artificial, aseguró Hoyo.

Tohuí tuvo una cría, Ying Ying, nacida en 1990, y considerada la última esperanza de reproducción actualmente en Chapultepec.

Su procreación resultó todo un viacrucis ya que sólo había dos machos disponibles para ser pareja de Tohuí.

Uno que aún habita en el zoológico de Berlín, Boa Boa, el cual se negaron a prestar desde un principio a México. Y Chia Chia, que vivía en un parque animal de Londres, pero con mala fama.

“Era un panda muy agresivo, apático, lagañoso, mañoso, viejo, traía todo. Fue la única opción, vino a México y al año me lo querían quitar porque no reproducía. Después de volver a pelear con la gente de Londres, deciden que se quede en México y al año se logra la primera cría”, recordó la especialista.

Sin embargo, según los médicos y cuidadores que vivieron de cerca la relación de ambos pandas aseguran que eran la pareja ideal.

“Cuando Chia Chia vio a Tohuí, estaba fascinado con ella. Era todo un lord con ella. Él le llegaba a la mitad a Tohuí y ésta, como nunca había estado con otro macho, era posesiva con él, lo aplastaba, lo arrastraba y él se dejaba, hasta que entró el celo, y fue cuando vino la cría, Xin Xin, la más joven actualmente en el zoológico”, explicó Patricia Reyes.

Esperan repetir la historia

Actualmente viven en Chapultepec tres pandas hembras: Xiu-Hua y Shuan Shuan, hijas de Pe Pe y Ying Ying, y Xin Xin, la única hija de Tohuí.

La única en edad reproductiva, aunque ya tardía, es Xin Xin, pues las otras dos son consideradas como geriátricas, y no hay un macho disponible para preñarla.

Las autoridades locales trabajan en coordinación con China para encontrar la mejor forma de lograr la reproducción.

Desde 1990, China cambió los mecanismos de distribución de pandas en el mundo y, en lugar de regalarlos, como fue el caso de la primera pareja que vivió en México, ahora los renta.

Por ello, las crías, nazcan donde nazcan, son de su propiedad, como una supuesta forma de conservar la especie en peligro de extinción, que cuenta con mil 600 ejemplares.

“China ha cambiado su forma de trabajar con pandas, actualmente establece convenios con instituciones y países interesados para préstamos por diez años, a cambio de una prestación económica anual de un millón de dólares, lo cual resulta un programa exitoso de recuperación de fondos.

“Porque el dinero que obtiene lo usa para proteger con mayor cuidado el hábitat natural del panda con el establecimiento de reservas”, explicó José Bernal Stoopen, director del zoológico de Chapultepec.

El caso de México es diferente, ya que las tres pandas que aún viven son de su propiedad, ya que nacieron antes de que cambiaran los protocolos, pero la falta de un macho obligó a las autoridades a considerar otras opciones para reproducirlas.

A finales del año pasado, Bernal viajó a China para negociar un mecanismo de reproducción que beneficie a ambas naciones y logró que el país oriental acepte la inseminación artificial no sólo de Xin Xin, sino también de Shuan Shuan.

Para ello, expertos de China traerán el próximo año semen congelado de pandas del zoológico de Pekín y la Reserva Bifenxia, y ellos mismos inseminarán y vigilarán el proceso de gestación, que vislumbran difícil.

“Representa un enorme desafío y también una ilusión muy grande para el zoológico tener viabilidad en este esfuerzo y lo vamos a intentar”, reconoció Martha Delgado, secretaria de Medio Ambiente del DF.

Los contratos de préstamo tanto de animales como de semen, con fines de reproducción establecen que las crías, al cumplir dos años, deben ser entregadas al país oriental, pero las autoridades lograron un acuerdo diferente.

“Se estableció que, de nacer un ejemplar de panda gigante aquí, será propiedad de China, pero permanecerá en Chapultepec, en caso de que dicho ejemplar se requiera como reproductor en el programa en cautiverio va a ser reemplazado por otro ejemplar por la vía diplomática y no comercial”, explicó el director del zoológico.

Melodioso

La canción más popular para celebrar el nacimiento de Tohuí fue compuesta por Laura Gómez Llanos e interpretada por Yuri, la cantante juvenil de la época:

Pequeño panda, aún no andas y ya queremos verte jugar, con tu mamita que está orgullosa porque naciste en nuestra ciudad, y en nuestro bosque maravilloso donde yo gozo y soy muy feliz, junto a los niños y mucha gente
que van de fiesta a Chapultepec.

Pequeño panda no te imaginas lo que hay de cosas en este lugar tenemos juegos, árboles,flores y animalitos que viven en paz.

Pequeño panda en Chapultepec todos queremos verte crecer y saludarte, también desearte que seas muy dichoso, con tus papitos pequeño panda de Chapultepec.

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